Este verano que el sol, el cloro o la sal no impidan que tu piel luzca radiante.
Te contamos 6 cosas imprescindibles que no puedes dejar de hacer este verano.
Nuestra piel no es estática, va cambiando a medida que cumplimos años, por cambios hormonales y en las diferentes estaciones del año. Por lo tanto no podemos empeñarnos en utilizar la misma crema toda la vida, excepto si consideras que a ti te funciona bien. Desde luego, la crema que va a utilizar una chica adolescente nada tiene que ver con la crema que utilice una chica llegados los 30.
Lo mismo pasa con el tiempo, el frío y el calor producen efectos en la piel totalmente diferentes. En invierno la piel se puede encontrar deshidratada, seca, tirante y con sensación de disconfort por el frío. Igual que te apetece tumbarte en el sofá con una manta, al lado de la chimenea, a tu piel le apetece una textura rica.
Sin embargo, en verano nos olvidamos de las mantas y solo queremos estar fresquitos. Cambiamos el cocido por el gazpacho y las texturas ricas por las ligeras.
A continuación te contamos 6 cosas que no puedes dejar de hacer para tener una piel perfecta este verano:
- Agua termal para calmar la piel del sol. Truco: para reaplicarte el protector solar y que no sea una pasta entre sal o cloro y arena, pulveriza agua termal en cara, cuello y escote para poder aplicar mejor el fotoprotector (el fresquito tampoco te vendrá nada mal).
Mascarilla calmante para después de pasar un día al sol, tanto facial como capilar. Con este chute de hidratación, notarás como la sensación de confort vuelve a ti, eliminando la sensación de sequedad. - No te olvides de los antioxidantes. Los antioxidantes son recomendables todo el año, pero en verano estamos más expuestos al sol y necesitamos neutralizar los radicales libres de la radiación solar. Un sérum de vitamina C es atemporal y no entiende de estaciones. Es el único cosmético que te sirve durante todo el año.
- Hazte amiga de los sérums. Las texturas fluidas son las reinas del verano e invitan a aplicarse más “capas”. Recuerda que las texturas se aplican de más ligera a más densa.
- Simplifica rutinas. No es que te lo diga yo, es que te va a salir solo. Por las mañanas aplica un sérum antioxidante o hidratante, según tu necesidad, y acto seguido el protector solar. Ojo: la función del protector solar no es hidratar es protegernos del sol. Por lo tanto, no lo utilices únicamente como hidratante.
- Sustituye el maquillaje por el fotomaquillaje. Si eres de las que no puede salir de casa sin maquillar, el fotomaquillaje es tu solución. Existen fotoprotectores con color tanto en crema como en maquillaje compacto. Solo una advertencia: esta opción para ciudad es válida pero para la playa o piscina se queda corta. ¿Por qué? Porque al tener color no nos ponemos la cantidad reglamentaria de protector solar, que en el caso de la cara es la cantidad de crema que cabe en dos líneas tan largas como tu dedo índice y corazón.
- Cuidado con exfoliarse en exceso. Exfoliarse es imprescindible para eliminar células muertas y acelerar la regeneración de la piel pero en verano, si nos vamos a exponer al sol, debemos tener cuidado. Al exfoliarnos, retiramos la capa más superficial de la epidermis, dejando más expuesta y sensible la piel. Si no puedes vivir sin tu exfoliación semanal, no te preocupes, hazlo por la noche y al día siguiente doble ración de protector solar. Por esta misma razón, tampoco debes depilarte e irte directa a la playa o la piscina.
Si tienes cualquier duda o no sabes que producto elegir, ven a la farmacia para que te aconsejemos.
